Sobre la huelga de conductores profesionales o de como despreciar la máxima herramienta de la clase obrera

Si un sector de la producción tiene justificación para solicitar coeficientes reductores en la edad de jubilación sin lugar a dudas son los conductores profesionales.   Es la profesión con mayor índice de accidentabilidad y mortalidad en el trabajo y gracias a los acuerdos de del pacto de pensiones firmados en el marco del pacto de Toledo por CCOO y UGT, tienen que estar encima de un camión o un autobús hasta los 67 años.   Mientras, otras profesiones como los funcionarios mutualistas, mineros, ferroviarios, los trabajadores del mar, o aéreos, así como los policías locales, bomberos y los profesionales taurinos pueden jubilarse a los 60 o incluso antes, siempre con algunas condiciones.  No se entienden esos privilegios mientras se endurecen las condiciones para jubilarse y se reducen las pensiones para el resto.

Las personas que trabajan en el transporte llevan años peleando por la jubilación a los 60, con concentraciones y movilizaciones en la que los dos sindicatos mayoritarios no han estado presentes.  Pero llegó el momento de negociar con el Gobierno las profesiones en las que se podían aplicar reducciones en la edad de jubilación, y los que habían estado al margen, decidieron movilizar, porque la teoría se la saben, son conscientes que si no movilizan ellos otros lo harán, y si se consigue algo quedarían mal.

Pero CCOO y UGT se han convertido en organizaciones sin capacidad de movilizar, se han olvidado que las huelgas no se hacen por la televisión, hay que ir a las empresas, pero no precisamente a ver al Jefe.  

No contaron con la Plataforma que durante años ha llevado el peso de la reivindicación, ni con los sindicatos que en cada provincia se han movilizado, no, ellos dos solitos se valían.  Convocan para los días 28 y 29 de noviembre, 5 y 9 de diciembre y a partir del 23 indefinida, que son apoyadas por el resto de organizaciones y por la plataforma por la jubilación a los 60.   Pero lo primero que hicieron fue asumir la separación de los conductores de Mercancías de los conductores de viajeros, de los de ambulancias y de los de grúas, y el día 4 por la tarde, firmar un acuerdo para los conductores de mercancías y para los de ambulancias exclusivamente, dejando fuera a los y las conductoras de autobuses y de grúas.

El acuerdo era un brindis al sol, por lo de la tauromaquia, o firmado con tinta de esa que se borra.  Dice el acuerdo, que patronal y sindicatos se comprometen a solicitar por escrito al Gobierno que incluya a los conductores de mercancías en las profesiones de riesgo y por tanto aplicar coeficientes reductores, así como solicitar la reducción del actual 6,7% al 3,7% en el tipo de cotización por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales del colectivo. Pero nada dicen de que tipo de coeficientes, ni si se tendrán en cuenta los años trabajados o si tendrá efectos retroactivos o será a partir de la firma. 

Y llegamos al día de la huelga ya sólo para viajeros, sin asambleas realizadas, y habiendo divido al sector. La huelga el día 28 de noviembre no sale bien, solo en las grandes empresas hay algo de movilización. Pero no lo habíamos visto todo, nos quedaba ver la puesta en escena de una nueva traición.  UGT firma un acuerdo con la Patronal, muy parecido al que se firmó para los conductores de mercancías, pero CCOO se desmarca porque no pone fecha para enviar la carta conjunta al gobierno. Tela. La huelga continúa el 29 y el 5 de diciembre, pero ya estaba rota.  Muchos comités de empresa no pueden entender la situación y deciden desconvocar la huelga del día 5. Ante esta situación donde las plantillas no entienden la firma de UGT ni comprenden la no firma de CCOO, sobre todo porque no se explica ni una cosa ni otra. Cuando los convocantes de la huelga no son capaces de mantener un mínimo de coherencia, es imposible pedirles a las plantillas que secunden una huelga que ni tan siquiera han explicado. La gran mayoría de huelguistas no saben que a ellos no les iban a aplicar los coeficientes reductores que se pactasen porque en todo caso sería a partir de la firma, ninguna empresa cotizará con efectos retroactivos. La gran mayoría de huelguistas, conductores con montón de años, se jubilarán a los 65 porque tienen más de 38 cotizados, en otro caso les tocará jubilarse a los 67 porque, aunque les reduzcan la edad de jubilación, a ellos no les tocará.   

Cuando unos sindicatos manipulan de esta manera a todo un colectivo, deberían tener una clara contestación, esos sindicatos no nos sirven, sirven a otros intereses, y para colmo de males, continúan con sus malas artes, para finalizar la parodia CC. OO se sacó un nuevo truco: “vamos a reorganizar la huelga en el transporte y para ello desconvocamos los paros previstos”. Ahora, a desconvocar una huelga se le llama reorganizar, y a UGT y CCOO se les llaman sindicatos, el mundo al revés.

Vicente Alcaraz

Portavoz General

Consejo Sindical Obrero

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